Estas imágenes fueron obtenidas con mi cámara Canon point-and-shot, una Powershot AS590IS, todas con una resolución de 8 megapíxeles. Algunas se tomaron desde un trípode fijo, y las últimas con la cámara montada en el telescopio de mi colega Eduardo Matos (que cuenta con un muy buen seguimiento) para poder hacer una exposición más larga, que en este caso fue lo máximo que permitía la cámara, de 15 segundos. Han sido sumadas con Registax y trabajadas ligeramente con Photoshop. Producto de las aberraciones propias de un lente relativamente barato, y del uso del zoom para algunas de estas imágenes, hay distorsiones notables sobre todo en los bordes. Pero el resultado no esta nada mal para un método relativamente sencillo.
Veamos primero a Orión.
Esta constelación estaba saliendo por el horizonte este, y era una buena oportunidad para tomarla. En invierno es el mejor momento para observar esta zona del cielo.
Aquí un acercamiento a la constelación. Se nota claramente el color rojizo de Betelgeuse (extrema izquierda) y las tres estrellas del cinturón. A la derecha de este último, la nebulosa. Cuando amplíes la imagen, verás etrellas que no puedes ver a simple vista. Y ahora un acercamiento a la zona sur de la constelación.
Simplemente bello, la nebulosa de Orión al centro de la imagen, como una nubecilla blanquecina. Me sorprendió la cantidad de estrellas que salen en la imagen, a pesar de ser una cámara nada profesional. Por la limitación que hice del campo, no se observa la brillante Rígel, pero sí la otra estrella brillante del sur, de nombre Saiph (a la derecha abajo). Y en esta última foto, otra belleza cercana a nuestro Sol, las Pléyades:
Nunca esperé hallar tantas estrellas con esta cámara. Si amplías la imagen, podrás deleitarte con ellas. A pesar de su monotonía de color, todas blancas, es hermoso ver tantas hermanas juntas, capturadas en una noche húmeda de invierno. Alcyone, Atlas, Electra, Maia y todas ellas luciendo un derroche de energía para nosotros.